El Fenómeno del Niño costero ha afectado infraestructura clave, lo que dificulta el flujo de personas y mercancías. Este contexto viene afectando negativamente a diversas actividades económicas como la minería, asegura la consultora Macroconsult.

De acuerdo con el aporte de daños elaborado por el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), al 30 de marzo del 2017, alrededor de 2.625 km de carretera se encuentran destruídas, 5.856 km han sido afectadas, 242 puentes están destruídos y 397 han sido afectados.

Si bien las implicancias económicas de este fenómeno climático no pueden ser calculadas con exactitud, es evidente que el agro y el comercio estarían entre las industrias más afectadas. Sin embargo, uno de los sectores más relevantes para el desempeño económico nacional, el minero, también enfrenta una situación complicada.

La mayor intensidad de las lluvias en la sierra central durante mediados de marzo ocacionó restricciones de tránsito por la Carretera Central y el colapso de diversos tramos del Ferrocarril Central (alrededor de 10 km). Esta infraestructura no sólo es clave para el 80% de la producción del clúster minero de Pasco y Junín hacia El Callao, sino también para el aprovisionamiento de insumos mineros.

La situación ha obligado a Volcan y Milpo a declarar en fuerza mayor sus despachos, mientras que otras empresas han dicho que mantendrán sus niveles de producción hasta que su capacidad de almacenamiento o sus inventarios de insumos se lo permitan. Este es el caso de Buenaventura.

En la zona centro también se ha visto perjudicada la Refinería de Cajamarquilla, que tuvo que disminuir sus operaciones. Por otro lado, en la zona norte, Miski Mayo también se ha visto afectada. La productora de fosfatos sufrió inundaciones en su yacimiento ubicado en el desierto de Sechura.

Las limitaciones en el transporte en diversos puntos de La Libertad y Cajamarca afectan también el suminstro de insumos para las operaciones auríferas de la zona. De hecho, en marzo se registró un menor consumo eléctrico de Yanacocha.
CONSECUENCIAS
De acuerdo con Impala Terminals, la recepción de concentrados en El Callao se redujo en 50% desde la quincena de marzo, y se dispondrían de 15 a 30 días de inventarios. De prolongarse la habilitación del transporte ferroviario y por carretera hacia la sierra central, es posible que el impacto en la minería se observe hasta abril.

En el 2016, las regiones de Junín, Pasco y Lima fueron las responsables del 54% de la producción de zinc, 63% de la producción de plomo y 53% de la producción de plata. Los tres metales, a su vez, representaron el 15% de las exportaciones mineras del año pasado. En ese sentido, una reducción significativa de la producción de la sierra central o en envíos de concentrados significaría un impacto importante en la economía durante los próximos meses.

BALANCE
Durante los últimos dos años el sector mencionado sostuvo el desempeño de la economía nacional. Al crecer 15,7% en el 2015 y 21,2% en el 2016, la minería contribuyó con 1,5 y 1,9 puntos porcentuales al crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) de dichos años.
Asimismo, la mayor producción de cobre, a raíz de la operación de Las Bambas y la Ampliación de Cerro Verde, permitió que nuestra balanza comercial pasara de un déficit de US$3.150 millones en el 2015 a un superávit de US$1.730 en el 2016. Además, el año pasado, las exportaciones mineras sumaron US$21.625 millones, casi 60% del total de las exportaciones.

Por otro lado, el sector minero es un importante consumidor de bienes y servicios internos. De hecho, es uno de los principales consumidores de energía al concentrar 30% de las ventas de electricidad. Incluso, su demanda de insumos es vital para la industria química.

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