“Ese campamento es como un hormiguero, porque tiene varias cuevas internas; y están distribuidas. Por ejemplo, una cueva es como una biblioteca, otra la armería, otra la cocina. Era un fortín y todo estaba minado”, explicó a Perú21 una fuente que participó directamente en la Operación Patriota.

Luego de más de 15 años de tener el control de la “zona dura” del Vraem, el último jueves 11 de agosto, miembros fuerzas del orden —en coordinación con el Ministerio Público— le cayeron encima al campamento del sanguinario Víctor Quispe Palomino, alias ‘José’, ubicado en la zona conocida como Vizcatán, en la provincia de Huanta (Ayacucho).

Y fue por una de esas cuevas, cercana al área donde operaba, que el cabecilla del Militarizado Partido Comunista del Perú -Sendero Luminoso se habría dado a la fuga herido, dejando atrás su arma, su bastón y otros objetos personales.

“El poder nace del fusil”, “guerra popular total hasta el comunismo”, se lee en algunas de las prendas halladas en la zona, escritas con bordado.

Abundante armamento y explosivos, entre granadas, bombas caseras, pistolas, subametralladoras, además de material de comunicación y de adoctrinamiento, entre otros, fue incautado.

Un fusil HK encontrado a los terroristas era el de Marilyn Solier Gavilán, una agente de la Policía que fue asesinada cobardemente en una emboscada en marzo de 2008 en Huamanguilla.

“Estas son las armas que Sendero arrebata luego de asesinar cobardemente a las fuerzas del orden”, comentó el general PNP Óscar Arriola, jefe de la Dircote.

Si bien no se logró la captura de ‘José’, con esta acción ofensiva las fuerzas del orden sí lograron desarticular significativamente a su comité central, que ahora se encuentra disperso e incomunicado en el monte tras cuatro días de enfrentamientos. Fue un duro golpe a su centro de comando.

Se estima inicialmente entre 10 y 15 bajas de las huestes terroristas, y un significativo número de heridos. Aunque el número real, ciertamente, es difícil determinar por lo agreste de la zona.

Una de las fuentes consultadas explicó, por ejemplo, que cuando los comandos avanzaban por la noche, escuchaban varias explosiones de bombas artesanales, previamente cambiadas de ubicación. Así sabían que habían tratado de emboscarlos.

Sí se logró hallar los restos de tres seguidores de ‘José’ muertos junto a sus armas, de los cuales se tomó muestras de cabello al no poder extraerse los cuerpos.

“Llegamos a encontrar tres cadáveres. No se pudo sacarlos de esa zona, porque es una zona inaccesible (…). Lo que se dispuso fue tratar de cortarle un poco de cabello para poder hacer el examen ADN y poder identificar. Todo en investigación”, dijo a este diario el fiscal especializado en terrorismo de Pichari, Juan Manuel Ríos Bartolo.

Las autoridades sospechan, a partir de información de Inteligencia, que se trata de las camaradas ‘Victoria’, ‘Nancy’ y ‘Ana’, las cuales “eran la seguridad de ‘José’”. Las muestras tomadas en el Vraem serán enviadas a Lima para el análisis forense, aunque el proceso se complica pues prácticamente nadie, salvo Víctor Quispe Palomino, cuenta con identificación en el Reniec.

Tras el ataque, se presume que las huestes de ‘José’ se desplazaron a la parte colindante con la sierra. A buena cuenta, ‘José’ y sus secuaces parecen tener los días contados.

FUENTE: PERÚ 21

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