La explosión que produjo cinco muertos en Guayaquil, la ciudad con mayor número de homicidios en Ecuador y bajo estado de excepción, fue un acto de “enorme barbarie e irracionalidad”, señaló el ministro del Interior, Patricio Carrillo.

“Estamos frente a actos de enorme barbarie e irracionalidad, como poner estos explosivos en las calles, esto que estamos viviendo preocupa mucho más allá de que estén ligados a organizaciones criminales”, expresó Carrillo en el popular barrio Cristo del Consuelo, donde ocurrió la detonación.

El sector amaneció bloqueado por vallas y cintas de seguridad y custodiado por policías y militares. Los uniformados salieron a las calles tras la declaración de un estado de excepción en el Distrito Metropolitano de Guayaquil, que incluye a las vecinas Durán y Samborondón.

Homicidios

El decreto divulgado señala que Guayaquil, con 2.8 millones de habitantes, es “la zona de mayor cometimiento de homicidios intencionales” en el país, con un 32.5% de los casos. En lo que va del año, 861 personas fueron asesinadas en la ciudad, eje económico de la nación.

La explosión del domingo fue realizada con materiales “caseros” y “artesanales” y mató a cinco personas –sin antecedentes penales– e hirió a 17, de las cuales dos están en estado crítico, de acuerdo con el ministro.

“Estos hechos, con la cantidad de personas que han sido afectadas y la misma comunidad que ya vive en estado de tensión son daños enormes que tenemos que reparar socialmente”, señaló.

La búsqueda

El gobierno ofreció 10,000 dólares para quienes entreguen información sobre el caso y dictó el estado de excepción que declara a Guayaquil, Durán y Samborondón como “zona de seguridad”. La medida también suspende los derechos de libertad de asociación y de inviolabilidad de domicilio.

El estado de excepción “es una solución parche”, comentó Carolina Andrade, exsubsecretaría de Inteligencia. El gobierno dictó en abril pasado una medida igual en las provincias de Guayas (cuya capital es Guayaquil), Esmeraldas y Manabí a causa del narco.

Para la politóloga y analista de seguridad, el gobierno no ha podido abordar el crimen organizado desde una forma estructural.

“Cuando no hay acceso a los servicios del Estado, el narcotráfico hace presencia y se apodera del lugar, por ello es importante la prevención”, añade.

FUENTE EL PERUANO

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