En el 2016 hubo 212 denuncias de acoso virtual y este año se registraron 12 más. Además, una encuesta del Taller Protégeme reveló que el 47.2% de escolares fue testigo de una agresión por Internet. Empero, no hay facilidades para la denuncia.

Los reportes de ciberbullying, o acoso escolar a través de los medios informáticos, están creciendo en el país. Las estadísticas del portal SíseVe, del Ministerio de Educación (Minedu), señalan que durante el 2016 hubo 212 denuncias y solo en los primeros dos meses de este año ya se presentaron 12 denuncias más.

Pero eso no es todo. Un estudio realizado a 2,200 alumnos de diversos colegios de Lima Metropolitana por el Taller Protégeme –que nació inspirado en un caso real de acoso escolar ocurrido en el Perú y trabaja para prevenir el bullying– reveló que el 62% de los estudiantes encuestados entre 2014 y 2016 aseguró haber sido testigo de un caso de acoso contra sus compañeros o contra su persona y el 47.2% señaló que la agresión se realizó a través de Internet.

Víctor Sausa, promotor de dicho taller, refirió que, aunque la encuesta revela que los casos de ciberbullying están creciendo en las escuelas peruanas, son los que menos se denuncian, pues el golpe emocional y el alcance de este tipo de acoso es mucho mayor y tanto los niños agredidos como los testigos no saben cómo responder ante este tipo de situaciones.

Agregó que para los adultos es difícil identificar estos casos pues la sociedad actual ha cedido el espacio virtual a los niños. “Los padres no tienen acceso a la red social donde se producen los ataques y los menores afectados, los que no tuvieron la culpa, siguen bajo la sombra del miedo y la vergüenza”, manifestó.

Impulsan el registro

Carmen Flores, especialista del servicio de Convivencia Escolar del Minedu, refirió que justamente por eso dicho portafolio está impulsando la cultura del reporte y que no se vea la violencia escolar como algo normal, sino que los directores y maestros reporten y no minimicen los casos.

Sin embargo, Flores reconoció que hay algunos lugares donde el reporte aún es poco significativo, pero no porque no haya violencia, sino porque aún no se difunden efectivamente las herramientas que existen para denunciar y atender estos casos.

“Aún con esa deficiencia, ya tenemos 8,049 instituciones educativas privadas y públicas registradas en el programa SíseVe. Estamos hablando de un 80% del total de instituciones de todo el país”, indicó.

Flores refirió que, aunque en el Perú el ciberbullying no es tan grave como en otros países en los que ya se han registrado matanzas o suicidios, sí se ha detectado amenazas, propuestas sexuales y acoso que se transmiten entre los escolares por Facebook, WhatsApp o Messenger.

Es fácil acosar por la red

El psicólogo Roberto Lerner explicó que esta práctica obedecería a que acosar y molestar a alguien por la red es más fácil porque en el espacio virtual disminuyen los costos de entrada y salida de las relaciones, la persona se puede escudar en el anonimato y no tiene que vencer la timidez.

“Los grupos que se van creando en las redes sociales facilitan el cargamontón o el apanado virtual. Es más fácil apañar y emboscar virtualmente que físicamente”, dijo.

Lerner advirtió, sin embargo, que el ciberbullying es más peligroso que otros tipos de acoso porque ahí es posible hacer un cargamontón a la víctima todo el tiempo. “En el bullying, cuando la persona sale del colegio puede evitar esa situación y protegerse en su soledad, pero en el ciberbullying el acoso continúa las 24 horas del día”, resaltó.

Asimismo, indicó que en el ciberbullying los agresores juegan con la vergüenza de la víctima. “Cuando un joven es avergonzado quiere desaparecer y eso afecta su personalidad, sobre todo en la adolescencia, que es cuando la persona está formando y consolidando su identidad. La pertenencia a un grupo para el adolescente es algo valioso y sentir que no pertenece puede crear inseguridad”, enfatizó.

Lerner alertó además que esta situación puede agudizar cuadros depresivos y por otro lado generar mucha rabia. “Eso se ve mucho últimamente, los jóvenes acumulan mucho cuando son agredidos, señalados o evidenciados y desarrollan deseos de venganza fuertes. Un chico acosado se puede convertir en un potencial agresor”, alertó.

Varias dificultades

Pese a ello, el registro de casos enfrenta varios desafíos. Lourdes Sandoval, coordinadora de Calandria, dijo por ejemplo que una encuesta realizada por dicha institución reveló que la mayoría de padres no sabe qué es bullying o el ciberbullying. “Si el padre no lo ve, no hay denuncia”, dijo.

Asimismo, refirió que el SíseVe no contempla una opción para el registro de casos de ciberbullying. “Solo se registran los casos de acoso psicológico, físico y sexual, el ciberbullying no se reconoce, aunque está creciendo”, anotó.

Matilde Cobeñas, adjunta para la Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo, dijo que a eso se debe sumar que no todas las escuelas tienen acceso a Internet y por lo tanto no todas denuncian. “Algunos directores no lo hacen para que su escuela no quede ‘manchada’ y también por desconocimiento, pues se ha detectado colegios que no han implementado la ley que promueve la convivencia escolar sin violencia y no cuentan con los planes ni los protocolos que son obligatorios”, anotó.

Cobeñas agregó que muchos colegios tampoco han implementado medidas de prevención ni atención psicológica a las víctimas. Por ello, anunció que la Defensoría del Pueblo hará, en el mes de junio, una supervisión sobre todo lo que se ha avanzado en la implementación de la Ley N° 29719 para atender y tratar los casos de bullying.

Por su parte, Sandoval refirió que aún falta trabajar con la familia, pues, aunque el trabajo del Estado es importante, no se avanzará si no se incorpora a los padres en el tema.

Por Mariella Sausa / Peru21

Facebook Comments